Biblicamente ¿que es la ley?

En las conversaciones relativas a la Biblia, la palabra "ley" se refiere a las leyes de Dios. Recordemos que las leyes no las originó Moisés, ni Noé, ni ninguno de los profetas, sino Dios personalmente.

En la Biblia hay dos grandes grupos de leyes. Están las leyes rituales, y las leyes de comportamiento. Las leyes rituales, como su nombre lo indica, se referían a los ritos, sacrificios y ceremonias que pre-figuraban varias cosas: la misión de Jesucristo, cuando vino a morir por nosotros, la venida del Espíritu Santo, la Segunda Venida, etc.. Las principales leyes rituales eran las que tenían que ver con el Templo, y con los sacrificios que en él se hacían. También eran leyes rituales la circuncisión, los lavamientos del cuerpo para no contaminar el santuario terrenal, que era símil del Santuario del Cielo, la presentación de los primogénitos humanos, el sacrificio de los primogénitos de animales, etc..

Las leyes de comportamiento son las que Dios estableció para que el humano supiera cómo tenía que comportarse con Dios y con su prójimo. Ejemplos de ellas son los Diez Mandamientos, las leyes que nos enseñan cómo comportarnos con los extranjeros, con nuestros enemigos, con las viudas y los huérfanos, con los pobres, con aquellas cosas que se le perdieran a alguien y nosotros nos las encontráramos,los daños que hacemos sin querer, o los que hacemos por irresponsables, etc..

¿Qué significa "estar bajo la ley"?

La frase "estar bajo la ley" es una de esas que sirven de comodín. La mayoría de las veces nadie las define, sólo las pronuncian. Por lo regular se le aplica a aquellas personas que consideran que los pecados que en el Antiguo Testamento se describen como prohibidos, están también prohibidos para los cristianos.

Sin embargo, en la Biblia, la frase "no estar bajo la ley" significa generalmente que, para ser salvos, no tenemos que cumplir con la circuncisión, los sacrificios de corderos, y demás ritos.

Pero hay cristianos que, erradamente, consideran que con esa frase lo que se quiere decir es que el cristiano no tiene que cumplir los mandamientos de Dios. ¿Es esto cierto? ¿Quiere eso decir que no estamos todos bajo las leyes de comportamiento que Dios estableció? ¿Quiere eso decir acaso que ya podemos calumniar, adorar imágenes, adulterar, robar, matar, consultar a los muertos, etc.?¡Claro que no! Entonces, ¿por qué dicen que no estamos bajo la ley?

Si al decir que no estamos bajo la ley, se refieren a que no estamos bajo la ley ritual, eso es correcto. Es decir, que si lo que significa esa frase es que para salvarnos no tenemos que circuncidarnos, ni sacrificar animales, ni nada de eso, entonces está correctamente usada la frase; pero si la usan significando que podemos cometer todo tipo de pecado sin que eso se nos tenga en cuenta, entonces es una espantosa falsedad, una horrible y satánica herejía.

¿Qué significa "no estar bajo la ley"?

Es muy corriente en las conversaciones entre hermanos que hablan sobre las leyes de Dios, oír a algunos decir "no estamos bajo la ley". Eso depende de a qué leyes se refiera, como antes aclaré. Si habla de las rituales, está en lo correcto. Si se refiere a las leyes de Dios para el comportamiento humano, se halla en un espantoso error. El haberse convertido a Cristo no es una patente de corso para hacer cada uno lo que le dé la gana, y seguir pensando que está salvado. (Patente de corso era una licencia que daban los gobiernos para practicar el piratería contra los barcos enemigos.)

Conozco personalmente el triste caso de un hombre que dice que debido a que no estamos bajo la ley, el cristiano puede acostarse con la mujer ajena, puede ser homosexual, puede estafar, etc., y seguir siendo salvo.

Basándose en I Jn 3:9 él considera que una vez que una persona se convierte a Cristo, ya no puede pecar. Pero no porque la persona lo evite con la ayuda divina, sino porque según él, cuando el inconverso se acuesta con la mujer del vecino, comete un adulterio, y por ese pecado va a parar al Infierno. No obstante, según él, cuando el que se acuesta con la mujer del vecino es un cristiano, eso no es adulterio, porque él no está bajo la ley como sí lo está el inconverso. ¡¡Espantoso!! ¡¡Asqueroso!! ¡¡Satánico!!

En la Biblia, un conjunto de principios o normas de conducta. El término usual hebreo traducido "ley" es tôrâh, palabra que significa toda la voluntad revelada de Dios, o cualquier parte de ella. A menos que el contexto indique otra cosa, "ley" en el AT generalmente denota la "instrucción" divina que Dios dio a su pueblo (Gn. 26:5; Ex. 16:4, 28; Sal. 1:2; 19:7; 119:1, 165; Is. 1:10; 8:16, 20; etc.). Esta "ley", o revelación escrita de la voluntad de Dios, daba a conocer el propósito divino para el pueblo hebreo en los tiempos del AT. Para el judío devoto, la "ley" de Dios era equivalente a su plan de salvación para el mundo. En este sentido, Isaías dice que "las costas [islas] esperarán tu ley" (ls. 42:4). Las instrucciones que Dios impartió a Moisés se conocieron como "la ley de Moisés"; es decir, dadas a través de Moisés (Jos. 8:31; Neh. 8:1; Lc. 2:22; 24:44; Hch. 28:23; etc.). En vista de que la instrucción impartida por Moisés ocupa la mayor parte de los 5 primeros libros de la Biblia, comúnmente conocidos como el Pentateuco, los judíos a menudo se referían a éste como a "la ley de Moisés" (Lc. 24:44; Jn. 1:17; cƒ Mt. 5:17, 18). De acuerdo con antiguas tradiciones judías, las leyes contenidas en el Pentateuco son 613-365 mandatos negativos y 248 positivos que corresponden al valor numérico de la palabra tôrâh (también se corresponden con el número de letras de los Diez Mandamientos). Son de varias clases, pero los judíos corrientemente no hacían distinción entre las morales, ceremoniales, civiles y de salud, porque todas por igual eran mandatos de Dios y obligaciones religiosas. Sin embargo, es posible hacer distinciones legítimas entre ellas sobre la base de la forma y la terminología aplicadas. I. Leyes apodícticas: imperativos o prohibiciones categóricas que declaran "Harás" o "No harás". Normalmente, no hay un castigo explícito unido a ellas, excepto en los casos mixtos. El contexto de estas leyes es el pacto, y su modelo formal son las estipulaciones de los antiguos tratados de soberanía. II. Leyes casuísticas: describen un problema u ofensa y luego declaran lo que se debe hacer o su castigo (cƒ Ex. 21:6). El trasfondo de tales leyes es la corte. Cuando una ley apodíctica es transformada en ley casuística por declarar un castigo, un pecado se convierte en un crimen (así el 5° mandamiento en Ex. 20:12, que es apodíctico, se transforma en ley casuística en Ex. 21:15, 17). Las leyes mosaicas también se pueden distinguir por los términos aplicados a ellas (cƒ Dt. 26:17; Neh. 9:13). Las siguientes 3 categorías constituyen la tôrâh hebrea: 1. Mishpât, "juicio", es el término corriente para una ley casuística en general. 2. Mitswâh, "mandamiento [precepto]", es cualquier clase de mandato, incluyendo los que no eran de obligación permanente y que se podían cumplir de una vez por todas, como la orden de destruir los santuarios paganos (Dt. 12:2); podían ser casuísticos o apodícticos. 3. Jôq, "estatuto [ley]", incluye la mayoría de las leyes 711comúnmente llamadas "ceremoniales"; normalmente son de forma apodíctica. Pero no todas son ceremoniales, porque en Dt; en particular, este término se aplica a reglas apodícticas de conducta en las que se apela a la conciencia o a Dios, en contraste con los "juicios", en los que se apela al juez. No tratan sólo de fiestas (Dt. 16:1-17) y de ofrendas (12:5-28), sino también de la justicia y la pureza (16:19; 23:17) y de la bondad y la misericordia (23:15, 24). Las leyes alimentarias también están en la categoría de jôq. 315. Parte superior del Código de Hamurabi. Se describe al rey como estando delante de su dios para recibir la ley de su mano. En Sal. 119 tenemos un catálogo de términos, con diversos matices de significación, con que el autor tejió el elogio de la ley y que servían para indicar las variadas formulaciones jurídicas: 1. Dâbâr, "palabra" (vocablo más bien genérico para definir las comunicaciones divinas [Dt. 4:2]; pero el plural también sirvió para definir el conjunto de cláusulas jurídicas [Ex. 24: 3]). 2. lmrâh, "palabra [discurso]" (declaración divina más solemne; Dt. 32:2). 3. Juqqîm, "estatutos" (de categoría breve; Dt. 4: 5). 4. Derek, "norma" ("camino". RVR; Ex. 18:20; Dt. 8:6). 5. Mishpâtîm, "juicios" (el matiz dominante es el de una sentencia o prescripción judicial [Lv. 19:15]). 6. Mitswâh, "orden", "mandato". 7. Piqqûdîm, "preceptos" (del verbo pâqad, "visitar", "gobernar"). 8. Êdôth, "testimonios" (las atestaciones aseverativas de Dios [Sal. 25: 10]). 9. Tôrâh, "ley" (en general y/o particular). En el NT el término "ley" se usa con diversos matices de significación, y a menos que se tengan en mente sus diferentes aspectos -y se discrimine rectamente y se examine el contexto para determinar qué matiz está mencionando el autor -, el lector moderno del NT casi con seguridad distorsionará lo que se dice acerca de "la ley". Pero para el lector judío, o quien estaba familiarizado con el sistema religioso judío, los diferentes significados de la alabra "ley" eran claros, y un orador o escritor podía pasar rápidamente de uno a otro sin ser mal entendido. En realidad, para el judío devoto los diferentes matices de significación implícitos en la palabra eran, en la práctica, sólo uno, y cada uno se enlazaba imperceptiblemente en el otro. Por tanto, en el NT la palabra "ley" se usa en 2 sentidos diferentes pero estrechamente relacionados: 1. La Escritura como revelación de la voluntad divina (Jn. 12:34; 15:24, 25; etc.). En la terminología judía, "ley" se podía referir al Pentateuco (los 5 libros de Moisés) en contraste con los Profetas y los Escritos (o Hagiógrafos), las 3 divisiones del AT de acuerdo con el canon hebreo (Lc. 24:44). De manera ocasional usaban la expresión "ley de Moisés" cuando se referían al Pentateuco, pero más a menudo usaban "ley" (Mt. 7:12; 11:13; 12:5; 22:40; 23:23; Lc. 10:26; 16:16, 17; Jn. 1:45; 7:19; 15:25; Ro. 5:13, 20; 7; etc.). A veces la palabra "ley" se usa en relación con el Decálogo, aunque en algunos casos "ley" se puede referir específicamente al Pentateuco, del cual el Decálogo es parte integral (Mt. 22:36-40; Ro. 7:7; Stg. 2:10-12). 2. El sistema religioso judío como un todo, o alguna parte específica de él (Jn. 1:17; Hch. 18:13, 15; 22:3; Ro. 6:14, 15; Gá. 3:19-25; etc.). Por supuesto, se basaba en la revelación de la voluntad de Dios contenida en las Escrituras del AT, más particularmente en el Pentateuco. A veces el término "ley" se refiere en especial a la ley ritual, el rasgo exterior característico del sistema religioso judío (Lc. 2:22-24; Hch. 15:5, 24; etc.). La expresión "obras de la ley" se refiere generalmente a las exigencias de la ley ritual, aunque tal ley también se menciona como "la ley del Señor" 712 (Lc. 2:23). En He. 7:12 "ley" se refiere a la parte de la ley de Moisés que trata del sacerdocio. . Leer mas: https://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/ley/

"Ley" 

El hebreo torah posee un significado más amplio, menos estrictamente jurídico que el griego nomos, por el que lo tradujeron los Setenta. Designa una «enseñanza» dada por Dios a los hombres para reglamentar su conducta. Se aplica ante todo al conjunto legislativo que la tradición del AT hacía depender de Moisés. El NT, fundándose en este sentido del término, clásico en el judaísmo, llama «la ley» a toda la economía cuya pieza maestra era esta legislación Rom 5,20, por oposición al régimen de gracia inaugurado por Jesucristo Rom 6,15 Jn 1,17; sin embargo, habla también de la «ley de Cristo» Gal 6,2. Así el lenguaje de la teología cristiana distingue los dos Testamentos, llamándolos «ley antigua» y «ley nueva». Para recubrir toda la historia de la salvación, reconoce además la existencia de un régimen de «ley natural» Rom 2,14s para todos los hombres que vivieron o viven al margen de los dos precedentes. De esta manera, tres etapas esenciales del designio de Dios están caracterizadas por la misma palabra, que subraya su aspecto ético e institucional. Éstas nos servirán de hilo conductor. 

A. HASTA MOISÉS: LA LEY NATURAL 

La expresión «ley natural» no figura en estos términos en la Escritura; pero en ella se encuentra claramente la realidad designada por la fórmula, aun cuando su evocación se efectúe por medio de procedimientos variados.

1. Antiguo Testamento.

Los capítulos 1-11 del Génesis (y los raros textos paralelos) ofrecen una representación en imágenes, del régimen religioso bajo el que se hallaban los hombres hasta la época decisiva de las promesas (Abraham y los patriarcas) y de la ley (Moisés). Desde los orígenes se ve el hombre enfrentado con un precepto positivo que le expresa la voluntad de Dios Gen 2,16s: en esto precisamente consiste la prueba del paraíso, y la transgresión de este mandamiento tiene como consecuencia la entrada de la muerte en el mundo 3,17ss Sab 2,24 Rom 5,12. Es evidente que en lo sucesivo no dejó Dios al hombre sin ley. Existe para él una regla moral, que Dios recuerda a Caín Gen 4,7 y que viola la generación del diluvio 6,5. Existen también preceptos religiosos dados a Noé con la alianza divina 9,3-6, e instituciones cultuales puestas en práctica por los hombres de entonces 4,3s 8,20. Según sus actitudes frente a esta ley embrionaria son los hombres justos 4,3 5,24 6,9 o malos 4,4 6,5.11s 11,1-9 Sab 10,3ss.

2. Nuevo Testamento.

La presentación paulina del designio de salvación no ignora esta etapa de la historia sagrada que va desde Adán hasta Moisés Rom 5,13s. En efecto, el régimen religioso que representa es todavía el mismo bajo el que se hallan las naciones paganas que no han tenido parte en la vocación de Israel. Si Dios las dejó seguir sus caminos Act 14,16Rom 1,24-31 y buscar a tientas Act 17,27 durante el tiempo de la ignorancia 17,30, sin embargo, no carecían de conocimiento de su voluntad: su ley estaba grabada en su corazón y se les revelaba a través de la conciencia Rom 2,14s. Por «ley» entiende aquí Pablo esencialmente prescripciones de orden moral: acerca de éstas juzga Dios a los paganos 1,18 2,12; y conforme a éstas los condena, ya que, conociendo el veredicto de Dios sobre los crímenes humanos, todavía se hacen reos de ellos 1,32 Am 1,2-2,3. Pero, como fuente de estas faltas morales, denuncia Pablo el pecado religioso, que revela la verdadera naturaleza de la desobediencia a la ley: no dar gloria a Dios, habiéndole conocido Rom 1,21.

B. MOISÉS Y LA ANTIGUA LEY 

El pueblo del AT, puesto aparte de las naciones, fue situado por Dios bajo un régimen diferente: el de la ley positiva, revelada por él mismo, la torah de Moisés.

I. DIVERSIDAD DE LA LEY 

1. Esta ley se ha de buscar exclusivamente en los cinco libros del Pentateuco. La historia sagrada que describe el designio de Dios desde los orígenes hasta la muerte de Moisés, está entreverada de textos legislativos. Éstos tienen por marco la creación Gen 2,2s, la alianza de Noé 9,1-7, la alianza de Abraham 17,9-14, el éxodo Ex 12,1-28.43-51, la alianza del Sinaí y la permanencia en el desierto (Ex 20,1-17 20,22-23,32 25-31 34,10-2835-40; Lv entero; Num 1,1-10,28 15 17-19 26-30 35, Dt casi entero).

2. Tal cantidad de legislación encierra materiales de todos los órdenes, pues la torah reglamenta la vida del pueblo de Dios en todas las esferas. Prescripciones morales, particularmente marcadas en el Decálogo Ex 20,2-17 Dt 5,6-21, hacen presentes las exigencias fundamentales de la conciencia humana con una precisión y una seguridad que los filósofos de la antigüedad pagana no alcanzaron en el mismo grado en todos los puntos. Prescripciones jurídicas, dispersas en varios códigos, regulan el funcionamiento de las instituciones civiles (familiares, sociales, económicas, judiciales). Finalmente, prescripciones cultuales precisan lo que debe ser el culto de Israel, con sus ritos, sus ministros, sus condiciones de funcionamiento (reglas de pureza). Nada se deja al azar; v puesto que el pueblo de Dios tiene como sustrato una nación particular cuyas estructuras adopta, las mismas instituciones temporales de esta nación dependen del derecho religioso positivo.

3. La misma variedad se observa en la formulación literaria de las leyes. Algunos artículos de forma casuística (p. e., Ex 21,18) pertenecen a un género corriente en los antiguos códigos orientales: el de las decisiones de justicia que les dieron origen. Otros (p. e., Ex 21,17) recuerdan las maldiciones populares que acompañaban a la ceremonia de la renovación de la alianza Dt 27,15.. Los mandamientos de forma apodíctica (p. e., el Decálogo) constituían órdenes directas por las que Dios daba a conocer sus voluntades a su pueblo. Finalmente, ciertos preceptos motivados tienen afinidad con la enseñanza de sabiduría (p. e., Ex 22,25s). En general, son los mandamientos los que dan el tono. La torah de Israel se distingue así netamente de los otros códigos, que son sobre todo colecciones de decisiones de justicia; aparece ante todo como una enseñanza dada en forma imperativa en nombre de Dios mismo.

4. Atendiendo a esta variedad, se dan a la torah en el AT diversas apelaciones:enseñanza (torah), testimonio, precepto, mandamiento, decisión (o juicio), palabra, voluntad, camino de Dios Sal 19,8-11 119.. Así se ve que desborda en todas formas los límites de las legislaciones humanas.

II. MISIÓN DE LA LEY EN EL AT 

1. La ley está en íntima relación con la alianza. Cuando mediante la alianza constituye Dios a Israel en su pueblo particular, añade a esta elección promesas cuya realización dominará la historia subsiguiente Ex 23,22-33 Lev 26,3-13 Dt 28,1-14. Pero también pone condiciones: Israel habrá de obedecer a su voz y observar sus prescripciones, de lo contrario Caerán sobre él las maldiciones divinas Ex 23,21 Lev 26,14-45 Dt 28,15-68. Efectivamente, la ceremonia de la alianza comporta un compromiso a observar la ley divina Ex 19,7s 24,7 Jos 24,21-24 2Re 23,3. Ésta es, por tanto, una pieza maestra de la economía religiosa que prepara a Israel para la venida de la salvación. Sus mismas exigencias, por duras que parezcan, son en realidad una gracia, pues tienden a hacer de Israel el pueblo sabio por excelencia Dt 4,5-8 y a ponerlo en comunión con la voluntad de Dios. Constituyen un duro amaestramiento, gracias al cual el «pueblo de ruda cerviz» hace el aprendizaje de la santidad que Dios aguarda de él. Esto se aplica ante todo a los mandamientos morales del Decálogo, centro de la torah; pero también se aplica a las prescripciones civiles y cultuales, que traducen concretamente su ideal en el marco de las instituciones israelitas.

2. Este nexo de la ley con la alianza explica que en Israel no haya otra ley más que la de Moisés. En efecto, Moisés es el mediador de la alianza sobre la que está fundada la antigua economía; es también, por tanto, el mediador por el que Dios da a conocer a su pueblo las exigencias que de ella se desprenden Sal 103,7. Este hecho esencial se traduce en los textos de dos maneras. Ningún legislador humano, ni siquiera en la época de David y de Salomón, pone jamás su autoridad en lugar de la del creador de la nación ni la añade a ésta (ni siquiera Ez 40-48, aunque tal mosaico de inspiración se integró a la torah). Viceversa, los textos legislativos se ponen siempre en boca de Moisés y en el marco narrativo de la permanencia en el Sinaí.

3. Esto no quiere decir que la torah no se desarrollara con el tiempo. La crítica interna descubre en ella con toda razón conjuntos literarios de tono y de carácter variados. Esto indica que la herencia de Moisés se transmitió por canales diversos, correlativos a las fuentes del Pentateuco. Repetidas veces fue refundido, adaptado a las necesidades de los tiempos, completado en puntos de detalle. El Decálogo Ex 20,1-17 y el Código de la alianza Ex 20,22 23,33 son así reasumidos y ampliados por el Deuteronorn.o Dt 5,2-21 12-28 que muestra en el amor de Yahveh el primer mandamiento al que se reducen todos los demás 6,49. El código de santidad Lev 17-26 intenta otra síntesis cuyo leitmotiv es la imitación del Dios santo 19,1. Las reformas sucesivas operadas por los reyes 1Re 15,12ss2Re 18,3-6 22,1-23,25 toman siempre como base una torah mosaica en vías de desarrollo y de profundización. La obra final de Esdras, en relación probable con la fijación definitiva del Pentateuco, no hace sino consagrar el valor y la autoridad de esta ley tradicional Esd 7,1-26 Neh 8, cuyas bases y cuya orientación esencial habían sido fijadas por Moisés.

III. ISRAEL ANTE LA LEY 

A lo largo del AT está la ley presente en todas partes: el pueblo se ve constantemente confrontado con sus exigencias; en los escritores sagrados aparece constantemente en el trasfondo del pensamiento.

1. Los sacerdotes son por función los depositarios y los especialistas de la torah Os 5,1Jer 18,18 Ez 7,26: deben enseñar al pueblo las decisiones y las instrucciones de Yahveh Dt 33,10. Esta enseñanza, dada en el santuario Dt 31,10 concierne evidentemente a las materias cultuales Lev 10,10s Ez 22,26 Ag 2,11ss Zac 7,3; pero versa también acerca de todo lo que atañe a la conducta en la vida: los sacerdotes, intérpretes de un depósito sagrado, tienen la misión de transmitir la ciencia religiosa, el conocimiento de los caminos de Yahveh Os 4,6 Jer 5,4s. De ellos, por tanto, provienen las compilaciones legislativas; bajo su autoridad se efectuó el desarrollo de la torah.

2. Los profetas, hombres de la palabra movidos por el Espíritu de Dios, reconocen la autoridad de esta torah, cuyo descuido reprochan incluso a los sacerdotes Os 4,6Ez 22,26. Oseas conoce sus numerosos preceptos Os 9,12, y los pecados que denuncia son ante todo violaciones del Decálogo 4,1s. Jeremías predica la obediencia a las «palabras de la alianza» Jer 11,1-12 para apoyar la reforma deuteronómica 2Re 22. Ezequiel enumera pecados cuya lista parece tomada del código de santidad Ez 22,1-16.26. La alta moral que se les atribuye no hace sino reasumir y profundizar las exigencias de la torah mosaica.

3. No es extraño que hallemos el mismo espíritu en los historiadores de Israel. Para los compiladores de las antiguas tradiciones la alianza sinaítica es, en efecto, el verdadero punto de partida de la nación. En cuanto a los historiadores deuteronómicos (Dt, Jue, Sa, Re), escudriñan el sentido de los acontecimientos pasados a la luz de los criterios suministrados por el Deuteronomio. El historiador sacerdotal del Pentateuco hace lo mismo según la tradición legislativa de su ambiente. Finalmente, el cronista, cuando rehace a su manera la historia de la teocracia israelita, se deja guiar por el ideal que le ofrece un Pentateuco por fin ya fijado. En todo caso, censuras y elogios se dispensan a los hombres de otros tiempos según su actitud frente a la torah. La historia así comprendida viene a ser una predicación viva que induce al pueblo de Dios a la fidelidad.

4. En los sabios, la enseñanza de la misma torah se concreta en formas nuevas: la de las máximas en los Proverbios y en el Eclesiástico; la de una biografía ejemplar en el libro de Tobías. Más aún: el Sirácida proclama explícitamente que la sabiduría auténtica no es otra cosa que la ley Eclo 24,23.; puso su tienda en Israel cuando fue dada la ley por Moisés 24,8.. En un judaísmo que había vuelto por fin a la fidelidad desde la prueba del exilio, los salmistas pueden, por tanto, cantar la grandeza de la ley divina Sal 19,8., don supremo que Dios no ha hecho a ninguna otra nación Sal 147,19s. Proclamando su amor para con ella Sal 119 dejan entrever el amor para con Dios mismo, traduciendo excelentemente lo que constituye en esta época el fondo de la piedad judía.

5. En efecto, después de Esdras la comunidad de Israel sitúa definitivamente la torahen el centro de su vida. Se puede medir el fervor de esta adhesión cuando se ve a Antíoco Epífanes intentar cambiar los tiempos sagrados y la ley Dan 7,25 1Mac 1,41-51. Entonces el amor a la torah produce mártires 1Mac 1,57-63 2,29-38 2Mac 6,18-28 7,2.. Desde luego, al lado de ellos hay también traidores que se helenizan; pero la sublevación macabea, suscitada por «el celo de la ley» 1Mac 2,27, restaura finalmente el orden tradicional, que en adelante no se volverá ya a discutir. El único problema que dividirá entre sí a los doctores y a las sectas será el de la interpretación de esta torah en la que todos verán la única regla de vida. Mientras que los saduceos se atendrán a la torahescrita, cuyos intérpretes auténticos serán a sus ojos sólo los sacerdotes, los fariseos reconocerán la misma autoridad a la torah oral, es decir, a la tradición de los mayores, y la secta de Qumrán (probablemente esenia) acentuará todavía más el culto del legislador (es decir, de Moisés), interpretándolo según criterios propios. Esta adhesión a la ley constituye la grandeza del judaísmo. Sin embargo, implica diversos peligros. El primero consiste en poner en el mismo plano todos los preceptos, religiosos y morales, civiles y cultuales, sin ordenarlos correctamente en torno a lo que debiera ser siempre su centro Dt 6,4.. El culto a la ley, transformado en legalismo meticuloso y entregado a las sutilezas de los casuistas, carga entonces a los hombres con un yugo imposible de llevar Mt 23,4Act 15,10. El segundo peligro, todavía más radical, está en fundar la justicia del hombre ante Dios no en la gracia divina, sino en la obediencia a los mandamientos y en la práctica de las buenas obras, como si el hombre fuera capaz de justificarse por sí mismo. El NT deberá atacar de frente estos dos problemas.

IV. HACIA UNA LEY NUEVA 

Ahora bien, el mismo AT testimoniaba que en los últimos tiempos, con la nueva alianza sufriría también la ley una profunda transformación. Esta torah que el Dios de Israel enseñaría a todos los pueblos sobre la montaña santa Is 2,3, esta regla que el siervo de Yahveh traería a la tierra Is 42,1.4 ¿no superarían en valor religioso a las que había dado Moisés? Es cierto que los oráculos proféticos no dan ninguna precisión sobre su contenido exacto: sólo Ezequiel intenta un esbozo con un espíritu de lo más tradicionalista Ez 40-48. Pero lo que se afirma es que se modificará la relación de los hombres con la ley. No se tratará ya solamente de una ley exterior al hombre, grabada en planchas de piedra: estará escrita en el fondo de los corazones, de modo que todos tengan el conocimiento de Yahveh Jer 31,33 que faltaba al pueblo de la antigua alianza Os 4,2. Porque también se cambiarán los corazones, y bajo el impulso interior del Espíritu divino observarán finalmente los hombres las leyes y las prescripciones de Dios Ez 36,26s. Tal será la nueva ley que Cristo aportará al mundo.


C. JESÚS Y LA NUEVA LEY

I. LA ACTITUD PERSONAL DE JESÚS

1. La actitud de Jesús frente a la antigua ley es clara, pero matizada. Si se opone con violencia a la tradición de los antiguos, cuyos promotores son los escribas y los fariseos, no hace lo mismo con la ley. Por el contrario, si recusa esta tradición es porque lleva a los hombres a violar la ley y a anular la palabra de Dios Mc 12,28-34 p. Ahora bien, en el reinode Dios no debe ser abolida la ley, sino cumplida hasta la última jota Mt 5,17ss, y Jesús mismo la observa 8,4. En la medida en que los escribas son fieles a Moisés se debe reconocer su autoridad, aun cuando no haya que imitar su conducta 23,2s. Y, sin embargo, Jesús, al anunciar el Evangelio del reino, inaugura un régimen religioso radicalmente nuevo: la ley y los profetas han terminado con Juan Bautista Lc 16,16 p; el vino del Evangelio no puede verterse en los viejos odres del régimen sinaítico Mc 2,21s p. ¿En qué consiste, pues, el cumplimiento de la ley que Jesús aporta a la tierra? Por lo pronto en una reordenación de los diversos preceptos. Ésta es muy diferente de la jerarquía de valores establecida por los escribas, que descuidan lo principal (justicia, misericordia, buena fe) para salvar lo accesorio Mt 23,16-26. Además, las imperfecciones que comportaba todavía la antigua ley «a causa de la dureza de los corazones» 19,8deben desaparecer en el reino: la regia de conducta que en él se observará es una ley de perfección, a imitación de la perfección de Dios 5,21-48. Ideal impracticable si se compara con la condición actual del hombre 19,10. Así pues, Jesús aporta, al mismo tiempo que esta ley, uq ejemplo que arrastra y una fuerza interior que permita observarla: la fuerza del Espíritu Act 1,8 Jn 16,13. Finalmente, la ley del reino se resume en el doble mandamiento, ya formulado antiguamente. que prescribe al hombre amar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo Mc 12,28-34 p; todo se ordena en torno a esto; todo deriva de aquí. En las relaciones de los hombres entre sí esta regla de oro de caridad positiva contiene la ley y los profetas Mt 7,12.

2. A través de estas tomas de posición aparece ya Jesús bajo los rasgos de un legislador. Sin contradecir en modo alguno a Moisés, lo explica, lo prolonga, perfecciona sus enseñanzas; así, cuando proclama la superioridad del hombre sobre el sábadoMc 2.23-27 p Jn 5,18 7,21ss. Se da, sin embargo, también el caso de que rebasando la letra de los textos oponga normas nuevas; por ejemplo, invierte las reglamentaciones del código de pureza Mc 7,15-23 p. Tales actitudes sorprenden a sus oyentes, pues descuellan sobre las de los escribas y revelan la conciencia de una autoridad singular 1,22 p. Ahora se esfuma Moisés; en el reino no hay ya más que un solo doctor Mt 23,10. Los hombres deben escuchar su palabra y ponerla en práctica 7,24ss, porque así es como harán la voluntad del Padre 7,21ss. Y así como los judíos fieles, según la expresión rabínica, se cargaban con el yugo de la ley, así hay que cargarse ahora con el yugo de Cristo y seguir sus enseñanzas 11,29. Más aún: así como hasta entonces la suerte eterna de los hombres estaba determinada por su actitud para con la ley, así lo estará en adelante por su actitud frente a Jesús 10,32s. No cabe duda de que aquí hay algo más que Moisés; la nueva ley anunciada por los profetas es ahora promulgada.

II. EL PROBLEMA EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO 

1. Jesús no había condenado la práctica de la ley judía; incluso se había conformado con ella en lo esencial, ya se tratara del impuesto del templo Mt 17,24-27 o de la ley de la pascua Mc 14,12ss. Tal fue también en un principio la actitud de la comunidad apostólica, asidua al templo Act 2,46, cuyos «elogios celebraban» las multitudes judías 5,13. Aún usando de ciertas libertades que autorizaba el ejemplo de Jesús 9,43, en ella se observaban las prescripciones legales y hasta se imponían prácticas de piedad supererogatorias 18,18 21,23s, y entre los fieles no faltaban partidarios celosos de la ley 21,20.

2. Pero un nuevo problema se planteó cuando paganos incircuncisos abrazaron la fe sin pasar por el judaísmo. Pedro mismo bautizó al centurión Cornelio después que una visión divina le hubo ordenado que tuviera por puros a los que Dios ha purificado por la fe y el don del Espíritu Act 10. La oposición de los celadores de la ley 11,2s cedió ante la evidencia de una intervención divina 11,4-18. Pero una conversión en masa de griegos en Antioquía 11,20 avalada por Bernabé y Pablo 11,22-26 volvió a atizar la querella. Observantes venidos de Jerusalén, y más exactamente del contorno de Santiago Gal 1,12, quisieron forzar a los convertidos a la observancia de la torah Act 15,1s.5. Pedro, de visita en la iglesia de Antioquía, trató de soslayar esta dificultad Gal 2,11s. Sólo Pablo se levantó para afirmar la libertad de los paganos convertidos por lo que se refería a las prácticas legales Gal 2,14-21. En una reunión plenaria tenida en Jerusalén, Pedro y Santiago le dieron finalmente la razón Act 15,7-19: Tito, compañero de Pablo, no fue siquiera obligado a la circuncisión, y la única condición que se puso a la comunidad cristiana fue una limosna para la Iglesia madre Gal 2,1-10. Se añadió una regla práctica destinada a facilitar la comunidad de mesa en las Iglesias de Siria Act 15,20s 21,25. Esta decisión liberadora dejó, no obstante, subsistir en los celantes de la ley un sordo descontento frente a Pablo 21,21.

III. EL PENSAMIENTO DE SAN PABLO 

Pablo, en su apostolado en tierra pagana, no tarda en encontrarse con estos oponentes judeocristianos, particularmente en Galacia, donde han organizado una contramisión siguiendo sus huellas Gal 1,6s 4,17s. Esto le ofrece la ocasión de exponer su pensamiento sobre la ley.

1. Pablo es predicador del único Evangelio. Ahora bien, según éste, el hombre no es justificado sino por la fe en Jesucristo, no por las obras de la ley Gal 2,16 Rom 3,28. El alcance de este principio es doble. Por una parte denuncia Pablo la inutilidad de las prácticas cultuales propias del judaísmo, circuncisión Gal 6,12 y observancias 4,10; la ley así entendida se reduce a las instituciones de la antigua alianza. Por otra parte, se enfrenta Pablo con una falsa representación de la economía de la salvación, según la cual el hombre merecería su propia justificación por su observancia de la ley divina, siendo así que en realidad es justificado gratuitamente por el sacrificio de Cristo Rom 3,21-26 4,4s; aquí se trata incluso de los mandamientos de orden moral.

2. Una vez sentado esto cabe preguntar cuál fue la razón de ser de esta ley en el designio de la salvación. No cabe duda, en efecto, que viene de Dios; aunque dada a los hombres por intermedio de !os ángeles, lo cual es ya una señal de su inferioridad Gal 3,19, es santa y espiritual Rom 7,12.14, es uno de los privilegios de Israel 9,4. Pero por sí misma es impotente para salvar al hombre carnal, vendido al poder del pecado 7,14. Incluso si se la considera bajo su aspecto moral, no hace sino dar conocimiento del bien, pero no la fuerza para cumplirlo 7,16ss: da el conocimiento del pecado 3,20 7,7 1Tim 1,8, no el poder de sustraerse a él: los judíos que la poseen y buscan su justicia Rom 9,31 son pecadores al igual que los paganos 2,17-24 3,1-20. En lugar de librar a los hombres del mal, se puede decir que los sume en él; los condena a una maldición, de la que sólo Cristo puede retirarlos tomándola sobre sí Gal 3,10-14. La ley; pedagogo y tutor del pueblo de Dios en estado de infancia 3,23s 4,1ss, le hacía desear una justicia imposible, para hacerle mejor comprender su necesidad absoluta del único salvador.

3. Una vez que ha venido este salvador, el pueblo de Dios no está ya sometido al pedagogo Gal 3,25. Cristo, liberando al hombre del pecado Rom 6,1-19, lo libera también de la tutela de la ley 7,1-6. Quita la contradicción interior que hacía a la conciencia humana prisionera del mal 7,14-25; así pone fin al régimen provisional: es el término de la ley 10,4, pues hace que los creyentes tengan acceso a la justicia de la fe 10,5-13. ¿Qué decir? ¿Que ahora ya no hay regla de conducta concreta para los que creen en Cristo? Nada de eso. Si es verdad que han caducado las reglas jurídicas y cultuales relativas a las instituciones de Israel, subsiste el ideal moral de los mandamientos, resumido en el precepto del amor que es la consumación y la plenitud de la ley 13,8ss. Pero este mismo ideal se destaca de la antigua economía. Es transfigurado por la presencia de Cristo que lo realizó en su vida. Hecho «ley de Cristo» Gal 6,2 1Cor 9,21, no es ya exterior al hombre: el Espíritu de Dios lo graba en nuestros corazones cuando derrama en ellos la caridad Rom 5,5 8,14ss. Su puesta en práctica es el fruto normal del Espíritu Gal 5,16-23. San Pablo se sitúa en esta perspectiva cuando traza un cuadro del ideal moral que se impone al cristiano. Entonces puede enumerar reglas de conducta tanto más exigentes cuanto que tienen por fin la santidad cristiana 1Tes 4,3; puede incluso entrar en la casuística, buscando luz en las palabras de Jesús 1Cor 7,10. Esta ley nueva no es como la antigua. Realiza la promesa de una alianza inscrita en los corazones 2Cor 3,3.

IV. LOS OTROS ESCRITOS APOSTÓLICOS 

1. La epístola a los Hebreos enfoca la ley desde el ángulo del culto, refiriéndose, desde luego, a la economía antigua. El autor conoce las ceremonias que se hacen según sus prescripciones Heb 7,5s 8,4 9,19.22 10,8. Pero sabe también que esta ley no pudo alcanzar la meta a que aspiraba, la santificación de los hombres: la ley no ha consumado nada 7,19. En efecto, sólo contenía la sombra de los bienes venideros 10,1, figuraimperfecta del sacrificio de Jesús; por el contrario, la nueva economía contiene la realidad de estos bienes, puesta a nuestro alcance bajo una imagen 10,1 que los comunica traduciéndolos sensiblemente. Por eso, al mismo tiempo que el sacerdocio de Jesús sustituía a un sacerdocio provisional, se produjo un cambio de la ley 7,12. Y con esto se realizó la promesa profética de una ley inscrita en los corazones 8,10 10,16.

2. La epístola de Santiago habla de la ley sólo desde el ángulo de sus prescripciones morales, avaladas por la enseñanza de Jesús. La ley así comprendida no es un elemento de la economía antigua, ahora ya abrogada. Es la ley perfecta de libertad a la que todos estamos sometidos Sant 1,25. Tiene por remate la regia ley del amor 2,8; pero ninguna de sus otras prescripciones debe dejarse olvidada, pues de lo contrario seríamos, como transgresores de las mismas, juzgados según ellas 2,10-13 4,11. La nueva ley no es menos exigente para el hombre que la antigua.

3. En el vocabulario de Juan la palabra ley designa siempre la ley de Moisés Jn 1,17.457,19.23, la ley de los judíos 7,49.51 12,34 18,31 19,7, «vuestra ley», como dice Jesús 8,1710,34. A este empleo peyorativo se opone el de la palabra «mandamiento». Jesús mismo recibió del Padre mandamientos y los guárdó, puesto que son vida eterna 12,49s. Recibió el mandamiento de dar su vida, lo cual es el mayor amor 15,13; ahora bien, este mandamiento era la señal misma del amor del Padre para con él Jn 10,17s. Así también los cristianos deben guardar los mandamientos de Dios 1Jn 3,22. Estos mandamientos consisten en creer en Cristo 1Jn 3,23 y en vivir en la verdad 2Jn 4. No son diferentes de los de Cristo mismo, cuya doctrina viene del Padre Jn 7,16s: obedecer a los mandamientos de Dios y guardar el testimonio de Jesús es una misma cosa Ap 12,1714,12.

Así Juan pone empeño en recordar los mandamientos personales de Jesús. Hay que guardarlos para conocerlos verdaderamente 1Jn 2,3s, para tener su amor en nosotros 1Jn 2,5, para permanecer en su amor Jn 14,15 2Jn 5, así como él guarda los mandamientos de su Padre y permanece en su amor Jn 15,10. Guardar los mandamientos: tal es el signo del amor verdadero Jn 14,21 1Jn 5,2s 2Jn 6. Entre estos mandamientos hay uno que es el mandamiento por excelencia, antiguo y nuevo al mismo tiempo: es el mandamiento del amor fraterno Jn 13,14 15,12 1Jn 2,7s, que fluye del amor de Dios 1Jn 4,21. De esta manera el testimonio de Juan converge con el de Pablo y con el de los otros evangelistas. Con la abrogación de la ley, caducada desde que Jesús fue condenado según susprescripciones Jn 18,31 19,7, ha nacido una nueva ley, que es de otra naturaleza y que enlaza con la palabra de Jesús. Esta ley espara siempre la regla de la vida cristiana.

¿Qué enseña el Nuevo Testamento acerca de la ley y la gracia?

¿Cuál es el significado de la gracia? ¿Acaso ésta anula -"invalida" - la ley? ¿Es la gracia una "licencia" para pecar? ¿Significa "no bajo la ley" que la gracia ha reemplazado - y eliminado cualquier necesidad de que los cristianos produzcan buenas obras? ¿Qué enseñaron Cristo y Sus apóstoles? ¿Qué dice la Biblia realmente?

¿Cuál es la enseñanza del Nuevo Testamento acerca de la "ley y la gracia"? ¿Es una o la otra - ley versus gracia - o ambas - ley y gracia? Este es un tema de gran controversia, que deja a muchos confundidos. Esto no debe ser así. ¡Aquí está la clara enseñanza de la Biblia!

El significado de la gracia en el Nuevo Testamento no tiene nada que ver con abolir las leyes de Dios. Los falsos maestros que promueven la "gracia" por encima de la obediencia ignoran que el Nuevo Testamento fue escrito para aquellos a quienes Dios llama para asumir posiciones de gran responsabilidad en Su reino. Estos falsos maestros malentienden porque Dios ni les ha abierto las mentes, ni les ha dado Su Espíritu Santo, que es necesario para comprender Su verdad.

El llamamiento cristiano (Rom. 8:29-30) está basado en la gracia - perdón inmerecido de los pecados pasados y misericordia tras un arrepentimiento genuino. Los cristianos entienden que la propia salvación ofrecida a ellos es una dádiva, y que deben continuar viviendo una vida de obediencia (Hechos 5:32, Juan 14:15) y perseverancia.

La ley en perspectiva

La mayoría de religiosos afirman que la ley de Dios fue abolida por el sacrificio de Jesucristo. Ellos piensan que la humanidad ya no está agobiada por los estrictos requisitos de esa "dura ley" que se interpone en su camino a la libertad - de "pasarla bien". Pero el apóstol Pablo escribió, en Romanos 7:7: "¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás". La mayoría de eclesiásticos han condenado tradicionalmente la ley mientras que absuelven el pecado. Sin embargo, no es la ley la culpable, sino el pecado. Por nosotros mismos, no podemos descubrir la ley perfecta de Dios. Dios tiene que revelarla y enseñárnosla.

Los líderes del cristianismo profeso insisten que la ley espiritual de Dios - los Diez Mandamientos - está abolida. Ellos la llaman la "ley de Moisés", afirmando que fue abolida mediante el sacrificio de Cristo. Pero ellos no saben la diferencia entre los rituales de sacrificio levíticos, la ley de Moisés y la ley de Dios.

Los Diez Mandamientos no fueron llamados la ley de Moisés, sino más bien la ley de Dios. La ley de Moisés consistía de: (1) las leyes civiles - los estatutos y juicios que Moisés trasmitió al pueblo de parte de Dios, registrados en Éxodo 21-23 y los libros restantes de la Ley - y (2) las leyes rituales (del griego: ergon) añadidas posteriormente, resumidas en Hebreos 9:10. Estas ordenanzas regularon los sacrificios levíticos (Lev. 1-7) y las funciones relacionadas. Ergon significa "obras", como en las "obras de la ley" (Gál. 2:16). Esto se refería al trabajo que involucraba los rituales levíticos abolidos por el sacrificio de Cristo.

Los Diez Mandamientos nunca fueron parte de la ley de Moisés o del sistema levítico de sacrificios. Las leyes y los sacrificios civiles estaban basados en los Mandamientos de Dios, los cuales constituyen la base de las leyes de Dios. Por lo tanto, los Diez Mandamientos preceden y trascienden cualquier ley menor que esté basada en ellos - estatutos, juicios, preceptos y ordenanzas. La mayoría de los cristianos profesos etiquetan falsamente los Diez Mandamientos como el "Antiguo Pacto". Sin embargo, el Antiguo Pacto estaba basado en los Diez Mandamientos, que precedieron y trascendieron al Antiguo Pacto.

Considere esta analogía: La idea promovida por la mayoría de los cristianos profesos - que la ley espiritual de Dios, los Diez Mandamientos, han sido abolidos - es tan ridícula como decir que las leyes físicas de la gravedad y la inercia ya no están vigentes. Los teólogos no pueden negar las leyes de Dios más de lo que los científicos pueden invalidar las leyes de la gravedad y la inercia.

¿Cómo vieron los líderes de la Iglesia del Nuevo Testamento las leyes de Dios? Pablo escribió: "De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (Rom. 7:12). El apóstol Juan escribió: "Pues este es el amor de Dios, que guardemos Sus mandamientos; y Sus mandamientos no son gravosos" (I Juan 5:3). Y Cristo resumió el asunto, diciendo: "...mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos" (Mat. 19:17).

En Mateo 7:21, Él también dijo: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, ¡sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos!"

Cristo y los apóstoles no descartaron la ley de Dios. El cristianismo falsificado tomó esta medida drástica en el primer siglo - y el mundo lo ha seguido ciegamente desde entonces.

La "gracia" del falso cristianismo

Examinemos la enseñanza de la gracia del cristianismo tradicional. Ésta enseña que el Antiguo Pacto era los Diez Mandamientos. Ésta sostiene que Cristo vino a establecer un "nuevo pacto" que contiene sólo gracia y promesas - libertad de hacer lo que a uno le plazca. La ley no está incluida en su paquete. En sus propias mentes, estos religiosos creativos han ideado una forma de "pasarla bien" y tener la conciencia limpia. Ellos tenían que eliminar el origen de su molesta culpabilidad. La solución fue simple: "La gracia por sí sola 'salva' a los hombres. La carga de guardar los mandamientos ya no es necesaria".

Esta enseñanza diabólica lo llevaría a pensar que la ley de Dios es dura y cruel. Ésta proclama que el defecto del Antiguo Pacto estaba en la ley, y puesto que Dios dio la ley, el error debe haber sido suyo. Lea lo que Cristo les dice a aquellos que siguen estos falsos preceptos: "Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres...Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición" (Marcos 7:7-9).

Note la advertencia que Dios inspiró en el libro de Judas: "Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" (Judas 3-4).

Incluso antes que el Nuevo Testamento fuera escrito completamente, los hombres impíos se habían introducido en la Iglesia en un intento por corromperla al convertir la gracia en libertinaje. Este fue precisamente el falso evangelio enseñado por Simón el Mago, Nicolás de Samaria, Cerinto y otros "fundadores" del cristianismo falsificado.

Libertinaje significa "licencia para pecar". También podría ser definida como "libertad sin restricción" o "abuso del privilegio". En esencia, esto quiere decir licencia para hacer lo que parece correcto a nuestros propios ojos, conforme a nuestra propia conciencia.

Al igual que Simón el Mago (Hechos 8:9-24) y otros convirtieron la gracia de Dios en licencia para desobedecer Su ley, esta misma actitud impregna las mentes de la mayoría de de los cristianos profesos hoy.

El mensaje universal de la mayoría de los púlpitos dice falsamente que Cristo abolió la ley de Su Padre - pero su Biblia dice lo contrario. Nadie puede nacer en el reino de Dios a menos que se someta completamente a la autoridad de Dios.

Gracia - La verdadera definición

El Nuevo Diccionario universitario de Webster define la gracia como "favor, bondad y misericordia". El uso eclesiástico es definido como "divina misericordia y perdón". No se hace mención sobre la gracia siendo licencia para desobedecer la ley de Dios. Estar "bajo la gracia" significa que se extendió misericordia y perdón como resultado de un arrepentimiento sincero y la resolución de obedecer a Dios.

Esto es mejor explicado en Romanos 6:14-15: "Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros: pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera". Muchos malentienden el concepto de "bajo la ley", el cual significa bajo la penalidad de la ley. Note Gálatas 5:18: "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley". Usted está bajo la pena de la ley si la viola como una forma de vida.

Pero una persona guiada por el Espíritu de Dios se esforzará por seguir esa ley. Cuando él ocasionalmente peque, se arrepiente y es perdonado (I Juan 1:8-19). Por virtud de la obediencia y gracia, el no está bajo la pena de la ley.

Cuando un individuo busca obedecer a Dios y viene bajo la "sombrilla" de la gracia, la sangre de Cristo justifica, o perdona, todas las transgresiones pasadas. El arrepentimiento le muestra a Dios la dirección que un cristiano elije tomar de ese momento en adelante. Estando bien con Dios por Su misericordia y perdón, un cristiano se embarca en un nuevo curso en su vida - él es salvo por la vida de Cristo, ¡no por Su muerte!

¡Considere! Sólo si Cristo ha resucitado de entre los muertos Su Espíritu puede guiar y fortalecer a los nuevos conversos, porque es el Espíritu Santo el que guía a los cristianos. Pablo escribió: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios" (Rom. 8:14).

Esto significa que Cristo, como nuestro viviente, activo Sumo Sacerdote en los cielos, envía el Espíritu Santo a aquellos que el Padre llama y engendra. Como Sumo Sacerdote, Cristo es nuestro Intercesor y Abogado viviente, quien ve por nosotros a lo largo de la vida, a medida que buscamos vencer y perseverar hasta el fin. El hecho de que Cristo esté vivo le permite funcionar como un Abogado para los cristianos. De esta forma, somos salvos por Su vida. El arrepentimiento es un estado mental continuo. Por lo tanto, el perdón también es continuo. Además, es el Espíritu del Cristo vivo en los cristianos el que los cambiará en la resurrección (Rom. 8:14-17), para que puedan recibir la vida eterna.

Romanos 6:23 explica que la paga del pecado es muerte. Tras el arrepentimiento, bautismo y conversión, un cristiano es perdonado por la sangre de Cristo e inmediatamente es salvo de la pena de los pecados PASADOS. Por lo tanto, en cierto sentido, la persona ha sido "salva", en ese momento, de la muerte.

Hay dos aplicaciones más de cuándo y cómo es salva una persona. La palabra salvación es derivada de la palabra salvo. Por tanto, la segunda forma es la más obvia - salvación en la resurrección al regreso de Cristo (I Cor. 15:50-55; I Tes. 4:13-18).

La tercera forma que alguien es salvo es que "está siendo salvado". Nadie recibe la salvación en esta vida sin primero someterse a muchas tribulaciones, pruebas, aprendizaje, crecimiento y vencer. La salvación es un proceso continuo - durante toda la vida.

Note lo que Pablo escribió en Romanos 5: "Pues mucho más, estando ya justificados en Su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por Su vida" (vs. 9-10).

La salvación es el resultado de la gracia - perdón inmerecido. El llamamiento, y el don del arrepentimiento no se ganan por obras. La gracia de Dios no se gana por obras. Todo lo que los seres humanos han ganado es la muerte. Estar bajo la gracia no significa que ya hemos alcanzado la salvación. Significa que se nos ha dado el perdón inmerecido y que estamos en el proceso de vencer y perseverar. Aquellos que perseveren hasta el fin de esta existencia física son salvos - salvados de la muerte eterna. Nadie puede jactarse de que ha alcanzado la salvación en esta vida. "Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo" (Mat. 24:13). Haber perseverado y vencido significa que uno ha "calificado". También significa que uno puede descalificarse a sí mismo al fracasar en perseverar o vencer. Sin embargo, el llamamiento, la justificación - esta gracia es un don. La salvación es resultado de la gracia de Dios.

La falsa idea de "una vez bajo la gracia, ya somos salvos" no está basada en las escrituras. La gracia es la voluntad de Dios de perdonar los pecados pasados, como se resume en Efesios 1:7: "...en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de Su gracia".

Ahora examine una escritura clave: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9). La fe "no de vosotros", fundamental para la salvación, no es su propia fe humana. Es don de Dios - la fe de Cristo en nosotros (Gál. 2:20). Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, ve hacia abajo y observa nuestra sinceridad y esfuerzo, e imparte Su fe a través de Su gracia - favor y misericordia divinos. Los que reciben esta fe no tienen razones para gloriarse de sus obras.

Note lo siguiente: "...porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por Su buena voluntad" (Fil. 2:13). Dios provee a los cristianos la fuerza de voluntad, fe de Cristo y motivaciónpara hacer Su buena voluntad. Dios el Padre y Jesucristo han avanzado grandes distancias al proveer la gracia - favor y misericordia divina - para ayudar a los cristianos a triunfar en su llamamiento. ¡Pero ellos esperan resultados! Ese es el mensaje de Efesios 2: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (vs. 10).

¡Cuán clara se vuelve la Biblia cuando le permitimos interpretarse a sí misma! Es irónico que la mayoría de los cristianos profesos se detengan en este punto y pierdan la esencia de la declaración de Pablo.

El tema real aquí no es la gracia o las obras. Tampoco es la gracia en oposición a las obras. Ni es la gracia en lugar de las obras. Es simplemente así: Gracia seguida por obras.

Estos son algunos dones y herramientas vitales que Dios nos da en nuestra búsqueda por tener éxito y vencer:

  • Gracia - justificación y perdón.
  • Gracia - la dádiva de misericordia y favor de Dios.
  • La fe de Cristo en nosotros.
  • El Espíritu de Dios, a través del cual recibimos la fuerza de voluntad y motivación para seguir adelante.

Dios extiende gracia y ayuda a Su pueblo, pero Él espera que nosotros crezcamos en buenas obras, andando en ellas como una forma de vida. La ley de Dios es el estándar o punto de referencia que dirige el camino de los verdaderos cristianos. Guardarlos desarrolla carácter. Hacer estas cosas le muestra a Dios que la gracia que Él nos ha extendido no ha sido en vano.

Si seguimos la gracia de Dios con obras, la descripción de Cristo de aquellos que se levantarán en la primera resurrección podría aplicar a nosotros: "Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús" (Apo. 14:12).

Lectura bíblica: Éxodo 19:10-24; 20:1-21; Romanos 13:8-10.
¡Leyes de tráfico, leyes de impuestos, leyes para esto, leyes para lo otro! Cualquier cosa que se le ocurra, tendrá una ley. Y alcanzando más allá de todas esas regulaciones y leyes, está la Constitución misma. En la Biblia se encuentran las leyes del gobierno de Dios. Algunas fueron temporales, como podría ser un "Reduzca su velocidad" en una vía pública en obras. Una ley que está por encima de todas las demás, fue expresada en los "no harás..." que incluso un hombre pecador puede entender. Vamos a estudiar esa ley en esta lección.
1. LAS CLASES DE LEYES.
En la Biblia se hallan descritas cuatro leyes específicas, normalmente bajo el término de "ley" o de "estatutos". En los tiempos del Antiguo Testamento no era necesaria una distinción entre ambas, ya que estaban todas vigentes. En los tiempos de Cristo, las leyes romanas habían reemplazado ampliamente los estatutos civiles judíos, y después de la muerte de Cristo, las leyes sobre sacrificios, se volvieron obsoletas. Así que es muy importante para nosotros el saber a qué ley se refiere el pasaje bíblico que se está leyendo. A menudo, eso es obvio, pero otras veces se necesita un estudio cuidadoso de todo el contexto, especialmente en los escritos de Pablo.
La Ley moral o los Diez Mandamientos. (Exodo 20:1-17).
1. ¿Quién escribió los Diez Mandamientos? Deuteronomio 10:1-5.
___________________________________
¿Sobre qué fueron escritas?
___________________________________
¿Dónde las puso Moisés?
___________________________________Las Leyes Ceremoniales o de Culto (formadas por la mayoría de los libros de Éxodo y Levítico).
2. ¿Quién escribió las leyes que fueron guardadas al lado del arca? Deuteronomio 31:24-26.
_______________________________________
3. ¿Por qué tres nombres se conocían esas leyes comúnmente? Deuteronomio 31:26 Malaquías 4:4
____________________________________
4. ¿Cuánto debían durar? Efesios 2:15
________________________________________
Las leyes ceremoniales se pueden comparar a los puntales de un edificio, que deben ser quitados una vez cumplido su propósito. Cuando la muerte del Cordero de Dios (Jesús) tuvo lugar, las leyes ceremoniales sobre sacrificios, quedaron sin utilidad, pues señalaban al sacrificio de Jesús, y ahora no había nada que señalar. Fueron sustituidas por ordenanzas y ceremonias que Jesús mismo instituyó (el bautismo, la Santa Cena).
Las Leyes Civiles (repartidas en los libros de Éxodo y Levítico).
Esas leyes fueron instituidas cuando Israel se convirtió en nación, y abarcaban sanidad o salud, crimen, procedimientos judiciales, etcétera. Dejaron de existir cuando los judíos dejaron de ser una nación. Un ejemplo de estatuto civil se encuentra en Éxodo 21:33, 34.
Las Leyes de Salud, (encontradas a lo largo de la Biblia).
¿Quién mejor que el que nos creó, sabe cómo mantener el cuerpo humano en condiciones óptimas? La primera instrucción acerca de salud, no es sorprendente que date desde el Edén mismo.
5. ¿Cuáles fueron las primeras leyes de salud? Génesis 1:29; 2:15, 16.
- En cuanto a comida ______________________
- En cuanto a ejercicio _____________________
Después de que el hombre pecase, no le fue permitido comer del fruto del árbol de la vida, eso provocó una necesidad en el cambio de la dieta, e incluyó vegetales adicionales en ella (Génesis 3:18). Los principios de una vida saludable se encuentran en la Biblia, si se siguen, se mantendrá una salud óptima, incluso en la sociedad degenerada de hoy.
2. LA CONSTITUCIÓN DEL UNIVERSO.
El que mucha gente esté confusa acerca de los Diez Mandamientos, es evidente en preguntas como: "¿No eran sólo para los tiempos del Antiguo Testamento? ¿No los abolió Jesús en la cruz? ¿No estamos libres de la Ley ahora?" Las respuestas están en Su Palabra.
La Ley desde Adán hasta Moisés.
Sabemos que los Diez Mandamientos no fueron escritos antes del Sinaí, pero hay muchas evidencias de que los que vivieron en aquel período conocían la Ley de Dios. No cabe duda de que fue pasada de generación en generación de forma oral. Las habilidades mentales de los primeros humanos eran muy superiores a las de hoy, junto con su longevidad, hizo muy fácil el pasar la ley de Dios a sucesivas generaciones, incluso por la misma persona.
1. ¿Qué es imposible sin la Ley? Romanos 4:15
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Si el pecado existió antes del Sinaí, la Ley por lo tanto tenía que existir. Antes de que Caín asesinara a su hermano, Dios le dijo: "Si no hicieres el bien, el pecado está a la puerta" (Génesis 4:7). Se hizo constancia de cada mandamiento transgredido antes del Sinaí.
2. ¿Qué dijo Dios de Abraham? Génesis 26:5
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La Ley del Sinaí a Cristo.
El hecho de que los Diez Mandamientos estaban en vigencia desde el Sinaí hasta Cristo, nadie lo discute. David escribió el hermoso Salmo 119 como una canción de alabanza a Dios por su Ley. "¡Cuánto amo tu ley!," exclamó en el versículo 97. Isaías señaló la Ley como prueba básica donde comparar toda enseñanza religiosa. "¡A la Ley y al Testimonio!", aconsejó, "si no hablasen conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Isaías 8:20). Salomón sabía que era imposible complacer a Dios mientras se descuidaba su Ley. "El que aparta su oído para no oír la Ley, su oración también es abominable" (Proverbios 28:9).
La Ley en los tiempos de Cristo y de los Apóstoles.
3. ¿Cuál fue la actitud de Cristo hacia los 10 mandamientos? Juan 15:10 Juan 14:15
Mateo 5:17
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Algunos proclaman que la Ley ha sido abolida, pues Cristo la "cumplió". Entonces Jesús tendría que cambiar sus palabras y decir que no vino a destruir la Ley, sino a abolirla o a quitarla de en medio. Para aprender lo que la palabra "cumplir" significa, vamos a ver cómo se usa en otros lugares. En Mateo 3:15 Jesús pidió a Juan el Bautista que lo bautizase, "para que se cumpla (dar ejemplo de) toda justicia". Este pensamiento está de acuerdo con las palabras de Jesús sobre la Ley, "no he venido a abrogar la ley, sino a dar un ejemplo de cómo cumplirla".
4. ¿Cuál era la valoración de Pablo de la Ley? Romanos 7:12
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5. ¿Qué dijo Santiago de la ley? Santiago 2:10-12
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6. ¿Cómo llama Juan a los profesos cristianos que no guardan la Ley? 1ª Juan 2:4
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La Ley hoy día.
7. ¿Cómo describe Juan al pueblo de Dios en los últimos días? Apocalipsis 12:17; 14:12
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Nada se enseña de modo más claro en las Escrituras, que la solemne verdad que Dios tendrá un pueblo en la tierra, justo antes de la segunda venida de Cristo, el cual sostendrá y cumplirá Su Santa Ley. A pesar de la persecución, permanecerán en pie en defensa de la verdad.
3. EL PROPÓSITO DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS.
1. ¿A quiénes viene la felicidad? Proverbios 29:18
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2. ¿Por qué es el trasgresor de la Ley una persona infeliz? Proverbios 5:22
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La desobediencia de la Ley de Dios nos separa de Él (Isaías 59:2), y sólo en su presencia hay gozo. Por lo tanto el trasgresor de la Ley es una persona sin felicidad. Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). El hombre moderno busca una vida más abundante en una semana de trabajo más corta, y en poseer más "cosas". Aparentemente está buscando en la dirección equivocada.
3. ¿Qué dijo Jesús que deberíamos hacer si queremos entrar en la vida? Mateo 19:17
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4. ¿Cómo llama Pablo a la Ley? Romanos 7:12
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El que quebranta la ley es el que se encuentra tarde o temprano entre rejas, privado de su libertad, no la persona que guarda la Ley.
5. ¿Qué cumple la Ley? Romanos 13:8-10
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6. ¿Cómo resumió Jesús los 10 mandamientos? Mateo 22:36-40
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Guardando los 4 primeros mandamientos, mostramos que amamos a _______
Guardando los 6 últimos, mostramos que amamos a ________
Algunas personas piensan que esos "dos mandamientos" sustituyen a los 10. El hecho es que Jesús estaba mencionando el pasaje del Antiguo Testamento conocido por todo judío, Deuteronomio 6:4,5 y Levítico 19:18, y aún así recalcó en el versículo 40: "De estos dos grandes mandamientos dependen toda la Ley y los profetas".
7. ¿Cómo podemos habitar en el amor de Cristo? Juan 15:10
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8. ¿A qué se compara la Ley? Santiago 1:23-25
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A pesar de que un espejo me mostrará que tengo una mancha en la cara, no la podrá quitar. Requiere agua y jabón. La Ley de Dios, al igual que a un espejo, revela el pecado, pero sólo la sangre de Jesús puede limpiarla (Romanos 7:7).
4. LA RELACIÓN ENTRE LA LEY Y LA GRACIA.
¿Nos libera la Gracia de tener que guardar los Mandamientos? "No estamos bajo la Ley, sino bajo la Gracia" dicen muchos citando Romanos 6:14. Ya hemos aprendido que Pablo consideraba la Ley como santa, justa y buena (Romanos 7:12). También afirmó que se deleitaba en la Ley de Dios, según el hombre interior (versículo 22). ¿Se contradice Pablo a sí mismo? Quizás se anticipó al problema, porque inmediatamente después hace esta pregunta, y la responde él mismo.
1. ¿Nos permite pecar la gracia? Romanos 6:15
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2. El tener fe en la obra redentora de Jesús, ¿anula la ley? Romanos 3:3
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Entonces, ¿qué es lo que hace?
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¿Pudo usar Pablo un lenguaje más enérgico? Sólo somos liberados de la consecuencia de la transgresión de la ley (Gálatas 3:13), no de tener que observarla.
¿Qué tal sobre el Calvario? ¿Nos demostró que desde entonces se está a salvo cuando uno juega con el pecado? ¿O por el contrario demuestra la naturaleza mortal del pecado que al mismo Hijo de Dios le costó la vida? El Calvario permanece como prueba irrefutable ante todo el universo de cómo se siente Dios acerca de su Ley. Eso mismo demuestra que ni si quiera Dios mismo pudo cambiar la Ley para salvar la vida de su propio Hijo, ¿y ahora se va a dar la vuelta para decirnos que no tenemos que guardar la Ley más? Eso es inconcebible. Si eso fuese cierto, Jesús nunca hubiese tenido que morir, y el Calvario sería un drama sin sentido.
3. ¿Cuál es el secreto para todas las enseñanzas de Pablo acerca de Gracia y Ley? Hebreos 8:10
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No se trata Ley contra Gracia, sino Ley y Gracia. Ambas son vitales para el Plan de la Salvación. Jesús dijo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). Dese cuenta que "amáis" viene antes que "guardad". Solamente la obediencia en respuesta al amor es la aceptable para Dios. Incluso así jamás seríamos salvos. La vida eterna es, y siempre será, un don de Dios a través de Cristojesús.
Puede haber alguna buena razón para saltarse algunas de las reglas humanas, pero ninguna para desobedecer la Ley de Dios. Nadie ha encontrado una mejor jamás. La vida y ministerio de Jesús fueron una demostración de la Ley en acción, y está deseando escribir su Ley en nuestros corazones. Entonces, nosotros podremos decir también: "Me deleito en tu voluntad, oh mi Dios; sí, tu Ley está en mi corazón".
Una historia interesante.
Se cuenta la historia de un mensajero que llevó a una princesa un regalo de amor de su prometido. La princesa tomó el extraño objeto, lo examinó brevemente y lo tiró al suelo. "¡Un huevo de hierro! ¿Qué bien hay en un huevo de hierro?"
El mensajero, tomándolo del suelo, le rogó que no rechazara el presente.
Repentinamente, ella tocó un resorte y la cáscara de hierro se rompió y cayó al suelo, dejando visible otro huevo más pequeño de bronce bruñido. A su vez, éste tenía otro resorte que dejó ver otro huevo de plata. Abierto éste también, dejó ver otro de oro. Finalmente, admirando el huevo, encontró que dentro estaba escondido un hermoso diamante.
La Biblia es así. Mucha gente, apenas mirándola, la dejan de lado como algo irrelevante, un mero libro, un libro viejo. Pero si la abrimos cuidadosamente, descubriremos muchas promesas y preciosas verdades. Entre ellas está la Ley de Dios, reflejando su carácter justo, y dentro de la Ley, encontramos la esencia de ella misma -el amor a Dios y al prójimo. Dentro de esa funda de oro, está el mayor tesoro de todos, el Amor de Dios expresado en una persona, Jesucristo.

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